jueves, 21 de enero de 2010

Semana 21

Ayer fué día de ecografía, como siempre, el día se divide en antes y después de. Antes de la eco mis nervios y mis miedos se apoderan de mi día, pero cuando te vemos y el ecografista confirma que estás y más bello que nunca, a tu mami le cambia la vida.

Ya en la semana 21 y cuatro días pesás 440 gramos, te movés sin parar en mi panza y hasta te diste el lujo de darnos vuelta la carita en plena ecografía.

Confirmamos que sos varón y ya no hay tiempo que perder, tenemos que buscarte nombre. Por ahora y sólo porque tu papá se empesinó en que así sea te vas a llamar Luciano. Digo por ahora porque si me piro puedo llegar a oponerme. En realidad ya estoy enamorada de vos y sea cual sea el nombre sé que te va a quedar hermoso cachorrito mío.

Seguimos con los preparativos y el tiempo pasa volando, y no quiero dejar de disfrutar ni un segundo esta etapa de mi vida.

Muchas veces leí sobre los cambios de humor de las embarazadas y demás cuestiones que comentaban al respecto. Pero nada se corresponde con mi realidad, no tengo antojos ni estoy irritable, no me siento gorda y mucho menos fea. Estoy tan feliz con tu llegada, que me miro en el espejo y me veo hermosa, nada ni nadie puede hacer que desaparezca la sonrisa que llevo pintada en la cara, ni siquiera los granitos que aparecieron estos últimos días en mi cara.
Estoy orgullosa de llevarte en mi panza, la panza más bella que ví en mi vida, y no es porque sea mía, es porque vos estás adentro.

miércoles, 13 de enero de 2010

Semana 21













Parece mentira estar cursando la semana 21 y que todo sea tan perfecto.

Gracias a Dios y a la Virgencita mi hijo y yo estamos cada día mas cerca. Tengo una mezcla de sensaciones que se me hace difícil poner en palabras, estoy tan feliz...

En este embarazo y sobre todo desde que se empezó a notar la panza fuí descubriendo sentimientos que creía extinguidos, y no sólo en mí, también en la gente que pasa por mi lado. Es increíble ver como la gente se enternece ante una panza y todo lo que antes percibía (indiferencia, intolerancia, falta de respeto ante el dolor ajeno, etc.) de parte de ajenos a mi pareja parecen ser sentimientos muy lejanos, tal vez eran producto de mi tristeza, tal vez era puro resentimiento de mi parte proyectado en los demás. No lo sé, ahora a modo de compensación recibo de la gente muestras de ternura y cariño, en el supermercado y donde quiera que vaya la gente me mira diferente, me trata diferente. Yo me veo diferente y me trato diferente, estoy orgullosa de mí. No es que una embarazada valga más que otra mujer que no lo está, yo estaba enojada conmigo y con mi cuerpo, sentía que no tenía la capacidad de concebir un hijo y eso me lastimaba tanto que por momentos dejaba de valorarme como mujer.

Hoy Dios me da esta oportunidad de reconciliación con mi cuerpo y con la vida y no puedo dejar de disfrutarla.
En cuanto a mi hijo, les cuento que ya se hace sentir, se mueve un montón y da pataditas cada vez con más fuerza. Eso hace que viva esta etapa del embarazo mucho más tranquila y optimista, ya no necesito ver una ecografía para saber que está y que está bien. Me relajo, pongo mi mano en la panza y el responde con pataditas.

La semana que viene tenemos la ecografía, es una eco muy esperada porque vamos a confirmar el sexo de nuestro cachorro, aunque ya empezamos a preparar su ajuar hasta ahora todo de varón. Lo que todavía no tenemos es el nombre, no lo quisimos discutir por si resulta ser una nena, no vamos a gastar energía en pelear un nombre de varón y que después resulte ser una nena, aunque el ecografista aseguró que era varón se pudo haber equivocado.
Les dejo unas fotitos de la panza y un abrazo inmenso a todas las que resaron por nosotros.